(ANSA) - TEL AVIV, 30 MAR - El médico israelí Elhanan Bar-On,
del centro médico Sheba en Tel Aviv, se encuentra en la primera
fila de la lucha contra el coronavirus no solo en Israel sino
también junto a sus colegas palestinos de Cisjordania (adonde se
desplazó para consultas) y Gaza, donde en cambio se le prohíbe
ingresar porque es una tierra de Hamas.
"La cooperación con la Autoridad Palestina -explicó en una
entrevista con la prensa- no es solo altruismo. Estamos todos en
el mismo barco". Y por lo tanto, la emergencia obliga a superar
las barreras políticas.
Bar-On trabaja en uno de los hospitales más modernos en
Israel, pero como director del Centro médico israelí para las
zonas de desastres está acostumbrado a trabajar también en zonas
de "medicina de base" del Tercer Mundo.
Con la llegada del coronavirus a Israel inmediatamente
organizó una pabellón de aislamiento. Allí elaboró métodos de
trabajo para impedir otros contagios, para proteger a su equipo
y para hacer que la enfermedad no llegara al hospital más
cercano.
Cuanto aprendió sobre el terreno lo compartió con sus colegas
palestinos en Jerusalén Este, desde Jericó (Cisjordania) y con
aquellos de Gaza.
"Su personal médico es de calidad", afirmó, "lo que deja algo
que desear son las estructuras". Hasta ahora, los aislamientos
impuestos por los palestinos se sostienen: "Pero en Gaza existe
la posibilidad de una catástrofe" por el gran hacinamiento.
¿Qué se prevé para el futuro? "Estamos esperando la gran ola,
que tal vez ni siquiera llegue. El virus se comporta de modo
extraño, 'como un bastardo'. Pero nosotros -aseguró- nos
mantenemos listos". ¿Un consejo? "Trabajar con sabiduría, de
modo sistemático, anticipando los eventos".
(ANSA).