(ANSA) - CIUDAD DE MEXICO, 24 OCT - La industria de la
construcción enfrenta su nivel más bajo en relación al Producto
Interno Bruto (PIB) de los últimos 26 años, de acuerdo con un
informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI).
Según el organismo gubernamental, el sector de la edificación
sufre 10 meses consecutivos de retroceso.
Este segmento económico tuvo una participación de 6,5% al
cierre del segundo trimestre del año, la tasa más baja desde
1995.
Inclusive, la cifra es superior a la alcanzada en 2009,
cuando se registró la última recesión global y México registró
una severa crisis económica.
La industria se encuentra en medio de un ciclo económico que
comenzó a desacelerarse desde 2018 y no se ve aún una luz al
final del túnel, de acuerdo con los especialistas.
En julio pasado, registró una caída del 8,8%, la mayor
contracción desde mayo de 2001, según cifras oficiales.
La caída en la inversión pública y la desaceleración de la
industria de la vivienda son dos de los factores que han
generado una verdadera crisis en el sector de la edificación, de
acuerdo con Ricardo Trejo, director general de la consultora
Forecastim.
Eduardo Ramírez, presidente de la Cámara Mexicana de la
Industria de la Construcción, dijo que el problema al que se
enfrenta México cada seis años es al reajuste de la línea de
inversión de los recursos públicos y que genera también
certidumbre en la inversión privada.
El Observatorio de la Industria de la Construcción señaló que
en el primer semestre de 2019 el gobierno ha invertido menos del
20% del presupuesto.
Ramírez indicó que incluso hay escasez en el mercado de
cemento, concreto y equipo para construcción pesado o pequeño,
"lo que genera un problema importante".
En la primera mitad del año, el desplome anual del sector fue
de 7,8%, lo que obligó a la pérdida de 60.000 empleos y "mermas
directas" para 50 ramos industriales, contratación de créditos e
inversiones.
El personal ocupado total del sector mostró una caída anual
de 5,4% al cierre de primer semestre, lo cual se traduce en una
pérdida de 3,4% en el número de obreros contratados y un
retroceso de 11,8% en la planilla de los empleados.
En horas trabajadas, las empresas reportaron una baja anual
de 7,1% y los empleados registraron una caída de 13,4% en sus
jornadas laborales.
Mientras que en materia de remuneraciones, los salarios
pagados a los obreros tuvieron un crecimiento mínimo de 1,3%.
El presidente del Instituto para el Desarrollo Industrial y
el Crecimiento Económico (IDIC), José Luis de la Cruz, explicó
que el retroceso en la industria de la construcción provoca
efectos directos para 50 ramos industriales.
Los sectores impactados van desde el mercado del acero, hasta
el del aluminio, cemento, vidrio y textiles, así como
edificación o remodelación de escuelas, obras para hospitales,
carreteras e infraestructura para las empresas.
También tiene un vínculo con la solicitud de créditos para
desarrollos inmobiliarios, en los préstamos personales para
comprar casa y genera una contracción del consumo.
La construcción es uno de los eslabones más débiles de la
cadena económica y su comportamiento define el grano de
estancamiento que registra un país, según los especialistas.
"Estamos frente a un año perdido para la economía de México,
que terminará 2019 con una tasa de crecimiento de 0%, no más de
200.000 nuevos empleos formales y afectaciones en la calidad de
vida de la población", afirmó de la Cruz.
A la caída libre en el sector de la construcción se suman los
problemas económicos externos como la guerra comercial entre
Estados Unidos y China y el encarecimiento del dólar, entre
otros.
Todo ello "alimenta y revive el peligro de recesión a finales
de 2019", advirtió el especialista. (ANSA).
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